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Cerramos los cursos presenciales con la visita a los espacios naturales de Ciudad Real

Publicado el | Categoría: Actualidad
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El punto de encuentro fue el Pabellón Quijote Arena de Ciudad Real, el miércoles 9 de septiembre, y con el fresco de la mañana nos dirigimos a nuestro primer destino, el Parque Nacional de Tablas de Daimiel, donde comenzamos nuestro paseo con una presentación del grupo rodeadas de tarays de porte arbóreo.

Las Tablas de Daimiel

Para todos era ya un destino conocido, pero hacer un recorrido guiado con Carlos Ruiz de la Hermosa, el Director del Parque, fue una experiencia enriquecedora y muy interesante, a pesar de la falta de agua al final de un verano seco, y las consecuencias arrastradas de la compleja gestión de las zonas regantes de la comarca.

Comenzamos en la Laguna de Aclimatación viendo algunos ejemplares de malvasía y pato colorado, el más emblemático de las tablas; y continuamos a lo largo de uno de los senderos a través de sus pasarelas onduladas de madera, aprendiendo sobre la hidrología, geología y usos de suelo que dieron lugar a la formación de este oasis en la estepa manchega.

En el recorrido nos fijamos en las eneas y carrizos, así como en las masiegas, y las ovas, esas algas acuáticas que sirven de alimento especialmente al pato colorado. Terminamos en un punto de observación donde pudimos preguntar a nuestro “guía” todas las dudas sobre los problemas de la gestión del parque. Abandonamos Las Tablas, con ganas de más, o al menos de volver pronto a este humedal singular, formado por la confluencia de dos ríos: el Guadiana de agua dulces y el Cigüela, de aguas saladas.

Aprendiendo sobre ordenación y gestión forestal

Nuestro siguiente destino nos dirigió hacia Porzuna, donde visitamos Peñas Negras, explotación agroforestal y cinegética, gracias a la amabilidad de la propietaria. Allí nos recibió Miguel Ángel Duralde, presidente de ASEMFO, Ingeniero de Montes responsable de la ordenación y gestión forestal de la Finca.

En el recorrido pudimos ver ejemplos de la ordenación y gestión de una masa forestal ya existente, y acercarnos a una repoblación reciente con mezcla de encinas y quejigos. Fue también de interés la charla final sobre el manejo de recursos renovables y las habilidades que se requieren para algunos de los trabajos forestales.

La actividad permitió también el encuentro directo y el contacto entre la dirección de ASEMFO y el proyecto Bosque de Oportunidades como en ediciones anteriores.

El destino final de este largo día, fue Navas de Estena, donde disfrutamos del espacio tranquilo y agradable de nuestro alojamiento, las cabañas del Centro de Turismo rural Lincetur.

Después de una clase de formación al aire libre sobre la descripción de una masa forestal y los conceptos básicos de la ordenación forestal, nos preparamos para un paseo al atardecer hacia el comienzo del Boquerón del Estena. Allí en un claro, formando un circulo hablamos de los beneficios, apoyados por investigaciones científicas, de los “Baños de Bosque”.

Intentamos despertar nuestros sentidos y relajarnos con ejercicios de taichí y respiración, y en ese ambiente solo rodeados de los sonidos del campo comimos nuestra cena, observando estrellas y constelaciones, y disfrutando de la vista espectacular de la Vía Láctea. Volvimos de noche a nuestras cabañas, algo cansados pero contentos.

Cabañeros y sus senderos

Nuestro segundo día, comenzó en el punto de encuentro cercano al alojamiento, donde nos esperaba Eva, nuestra guía del Parque Nacional de Cabañeros, para la ruta interpretativa del Boquerón del Estena.

Pasamos toda la mañana recorriendo este sendero y disfrutando de su vegetación de ribera, de sauces y fresnos; y de su bosque y matorral mediterráneo, de encinas, quejigos, torviscas, y cornicabras.

Eva nos llamaba la atención de especies más atlánticas como los tejos y abedules; e hicimos paradas para aprender sobre las formaciones de pedrizas, y los pliegues de cuarcitas y pizarras. Por supuesto, observamos los restos fósiles de trilobites y la huella del gusano gigante, que nos recordaba el origen marino de este territorio hace millones de años.

Nos hubiéramos quedado más tiempo en el Estena, viendo planear a los buitres leonados, pero el calor apretaba y se acercaba la hora de la comida.

Allí, en el porche del edificio central de nuestro alojamiento, sus dos jóvenes propietarios, Juan y Raul, nos hablaron de las dificultades de su iniciativa empresarial, mientras esperábamos una comida rica y muy agradable, con productos típicamente locales, donde todos charlamos animadamente.

Algunos empleos ligados a los bosques

En nuestra última tarde, visitamos el Centro de Interpretación del Embalse de Torre de Abraham, e hicimos un pequeño recorrido en el exterior, después de charlar con Paloma (Guía del Parque Nacional de Cabañeros) quien nos explicó los diferentes Centros del Parque, y las habilidades y formación necesarias para los guías e informadores que trabajan en estos Centros.

Al no poder visitar Casa Palillos, como estaba inicialmente programada, nos dirigimos hacia Pueblonuevo del Bullaque, donde tuvimos la oportunidad de escuchar de primera mano, la trayectoria laboral de Ángel Gómez Manzaneque, el Director del Parque, que de un modo muy cercano y ameno nos habló de sus comienzos y de su determinación y dificultades de lograr trabajar, en lo que le apasionaba, la gestión de Espacios Naturales.

Seguimos con un coloquio sobre oportunidades de empleo que ofrecen los Espacios Naturales en el medio rural, entre Jacobo, el director y Alicia, una guía informadora con muchos años de experiencia en Cabañeros, responsable de la organización de toda nuestra visita al Parque Nacional.

Tras despedirnos y dar las gracias a los dos, por su tiempo y amabilidad, intentamos concentrarnos para hacer la evaluación escrita, antes de ponernos en marcha hacia Ciudad Real, con la sensación para la mayoría, de que los dos días nos sabían a poco.

Jacobo y Carmen, aprovechamos este post para dar las gracias a Adolfo, Adrián, Jesús, Jose Antonio, Mercedes, Teresa y Victoriano, que tanto nos aportaron y con los que tanto aprendimos. Y no queremos olvidar a los propietarios del Lincetur por su atención, así como a la empresa de autobuses Monsalve, y especialmente a nuestro conductor, Luciano, que nunca protestó de ningún de los caminos por donde le llevamos.

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