En este segundo viaje que hacemos el grupo del Bosque de Oportunidades, nuestros tutores Jacobo Maldonado y Juan San Frutos nos acompañan a uno de los parques naturales de la provincia: El Parque Natural del Alto Tajo, -al que volveremos con motivo del evento de final de curso-. Según se nos informa en la Web de Castilla-La Mancha: “La protección de este territorio reconoce la excepcional importancia del sistema de hoces fluviales más extenso de la Región y uno de los más importantes de España, con una gran diversidad geológica, botánica y faunística. Este espacio natural protegido se encuentra en un excelente grado de conservación y constituye una de las cumbres de la biodiversidad castellano-manchega. El Parque Natural está adherido a la Carta Europea de Turismo Sostenible.”
Parque Natural del Alto Tajo
El Parque Natural del Alto Tajo tiene una extensión de 174.545Ha, y forma parte de la Red Natura 2000, con varias zonas ZEPA y ZEC. (Cómo nota al margen, cabe reseñar que la ‘Comarca de Molina de Aragón – Alto Tajo’ tiene reconocida la figura del GeoParque perteneciente a la Red Mundial de Geoparques, al auspicio de la UNESCO -en un subprograma de la UNESCO incluido dentro del programa de Ciencias de la Tierra y Geoparques-, que cuenta con una mayor extensión que el Parque Natural y que además no es coincidente con éste en su demarcación).
En el autobús nos acompaña también Mari Carmen, quien va a ser nuestra guía en esta jornada que iniciamos visitando el Centro de Interpretación “Dehesa de Corduente”. Ella abre para nosotros el C. I. de Corduente, puesto que está cerrado habitualmente salvo en temporada veraniega y citas concertadas. El Centro de Interpretación se ubica en un edificio vanguardista en madera laminada y vidrio, inaugurado en 2006, situado en el sector Norte del Parque Natural. En él podemos contemplar numerosas maquetas y paneles interpretativos que nos explica de forma detallada nuestra guía. Llama especialmente la atención la maqueta del modelado kárstico (fundamental en la formación del Cañón), y también otra pequeña maqueta con el corte de un cañón fluvial y la vegetación asociada a las hoces calizas: zona de solana y zona de umbría. Desde la parte más alta bajando hasta el fondo del cañón, nos encontraríamos:
Umbría:
- Bosque mixto de pinar y quejigar
- Vegetación rupícola
- Tilar, avellanar…
- Bosque mixto de pino Laricio y quejigo con bojeda
- Bosque de ribera (sauceda, chopera).
Solana:
- Bosque mixto de pinar (pino silvestre y laricio) y quejigar
- Vegetación rupícola
- Bosque mixto de pino laricio y enebro
- Bosque de ribera (sauceda, chopera).
También hay una sala dedicada a los bosques, la flora amenazada y la fauna. En la sala de audiovisuales visionamos el vídeo sobre el Parque Natural. En la planta baja está el espacio dedicado a la geología, los usos tradicionales y el patrimonio histórico-artístico.
Mirador del Barranco de la Hoz
Tras la visita completa al C. I. y una vez acabado el pertinente almuerzo, nos encaminamos hacia el Mirador del Barranco de la Hoz siguiendo la ruta R-5 y acompañados también por Mari Carmen, que nos va dando algunas indicaciones y compartiendo sus conocimientos del terreno, en distendida charla a lo largo de todo el recorrido. Atravesamos zonas de pinares, sabinares y quejigos, disfrutando de una agradable y llevadera caminata con la que todo el mundo se atreve sin que ninguna ‘limitación’ nos limite el compartir la actividad en grupo. Por el camino encontramos algunos vestigios de pinos que fueron resinados en otro tiempo, y algún compañero se atreve con unas acertadas explicaciones al respecto del trabajo de obtención de la miera… Cómo premio a nuestro esfuerzo, llegamos al espectacular acantilado fluvial que es el Cañón formado por el río Gallo, entre paredes de conglomerados y areniscas rojizas. ¡Es un paisaje que sorprende por inesperado y majestuoso! Desde la parte alta del mirador del Barranco de la Hoz las vistas son magníficas, como lo es el vuelo de las numerosas aves que desde aquí podemos contemplar.
Tras la reglamentaria parada de avituallamiento, de reportaje fotográfico y, sobre todo, de disfrute del paisaje, comenzamos el descenso por rampas y escalones, entre terrazas y cuevas naturales, y vamos notando el frescor del río a medida que bajamos al fondo del cañón. Allí abajo, junto al río Gallo, se encuentra el Santuario de la Virgen de la Hoz. Quien no conocía el enclave, seguro que no lo olvida, y quienes sí lo conocíamos, agradecemos siempre la vuelta a tan imponente balcón.
Tras despedirnos de nuestra guía, agradeciéndole su dedicación, vamos al autobús que nos espera ya, motor en marcha, para ir al Albergue “El Barranco” en el que Regina –con gran simpatía y desparpajo- nos explica de primera mano su experiencia empresarial, sin escatimar en detalles (pros y contras), y los puntos clave para iniciar un negocio de este tipo, en “estas zonas” rurales tan particulares, con tan poca densidad de población: análisis DAFO, estar en contacto con todos los operadores locales (Red de contactos), conocer bien todos los recursos y productos locales para unificarlos y sacarles partido…
Cómo última parte del viaje, nos dirigimos al “Puente de San Pedro”, que es la zona en la que el río Gallo (por aquí turbulento y de aguas rojizas) vierte sus aguas al Tajo (por esta zona con aguas tranquilas y aguamarina). Allí comemos (si es que alguien no lo había hecho ya, que la mañana se hizo larga), y pasamos todos juntos un rato muy ameno de relax; incluso hay quienes se atrevieron con un baño en las frías aguas del Tajo… ¡Uy no, perdón!, ¡que no estaba fría! Que es la siempre estimulante temperatura del Alto Río Tajo… 😉
Escrito por: Eva del Rey.-