El pasado jueves 9 de mayo de 2019, los motivados alumnos y alumnas del curso presencial Un Bosque de Oportunidades de Cáceres realizaron una serie de actividades autogestionadas en el medio natural con motivo de la finalización del mismo.
Ambos grupos han estado comprometidos con el respeto y cuidado del medio ambiente, lo que se plasmó, en una primera parte del evento del día, en la recogida y limpieza de basura en el Cerro de las Cabezas de Jaraíz de la Vera, dentro del reto viral “Trashtag Challenge” y su difusión en redes. Como bien muestran las imágenes, se logró recoger una gran cantidad de basura, formada principalmente por botellas de vidrio que se encontraban dentro del rebollar característico de la zona.
Luis Miguel Núñez Romero, alcalde de Jaraíz de la Vera, tras reunirse con los alumnos y alumnas el día anterior al evento, ayudó al desarrollo de la actividad proporcionando guantes y bolsas de basura para facilitar la recogida. Además dejó indicaciones de donde depositar todos los residuos que se recogieron durante la mañana.
Una vez finalizada la recogida, los alumnos y tutores del curso dieron cuenta de una dulce merienda colectiva en la Universidad Popular de Jaraíz para reponer fuerzas y poder proseguir con la activa tarde noche que les esperaba.
Aparecieron las primeras lluvias de la tarde, pero esto no bastó para impedir la celebración de la segunda parte del evento. El grupo se encaminó hacia Malpartida de Plasencia, donde se realizó una caminata a través de la Dehesa del Robledo hasta llegar al embalse de la Sierra del Camocho. Durante todo el recorrido, los alumnos y alumnas fueron apuntando y fotografiando todas las plantas y aves que veían, recogiendo los datos en la aplicación NATUSFERA generada por el CSIC entre otras entidades. Fruto de esta acción, sobre la cartografía de esta aplicación quedó reflejado nuestro proyecto.
La espectacularidad del paisaje hizo que la lluvia no alterase el paseo y la llegada al embalse. Una vez allí, todos pudieron degustar la maravillosa cena basada en productos forestales, tales como cardillos, espárragos, setas de chopo, gazpacho de poleo, etc., que los propios alumnos y alumnas habían preparado.
Y con la cena, empezó a caer la noche y la sorpresa final de la actividad: tenían que llegar, en plena noche, y con la ayuda de un mapa al punto que se les indicaba. Para ello se dividieron en grupos y cada vez que llegaban a un punto fijado, se les mandaban mensajes motivados escritos de forma colectiva para que continuasen hasta la meta final. No fue fácil: oscuridad, lluvia y ganado suelto al que apenas se veía debido a la poca visibilidad hacían necesario el poner todos los sentidos al servicio de la actividad.
La satisfacción fue general una vez se volvió a reunir todo el grupo en el Cordel del Valle, cerca de la media noche.
Un éxito de día que puso la guinda a un curso en el que un gran número de personas ha interactuado y han aprendido unos de otros, tanto de temas forestales como laborales.